Las incertidumbres que existen alrededor del futuro político electoral causan un impacto económico negativo en la Argentina: el riesgo país baja lentamente a pesar de que la Casa Rosada se comprometió a un “ajustazo” con el FMI. Esta semana, los bancos de Wall Street le comunicaron al Gobierno que nadie saldrá en forma masiva a comprar bonos argentinos mientras no se aclare quién va a ganar en 2019. Las tres dudas centrales que existen en el mundo de los negocios son las siguientes:
. ¿Mauricio Macri saldrá vencedor, con el pesado acuerdo del Fondo Monetario a cuestas? Hasta las “multis” automotrices han pedido un bono para compensar pérdidas. Una polémica iniciativa, para firmas que ganaron millonadas en el país.
. La estrategia oficial de confrontar con Cristina, ¿no es peligrosa? ¿Podría favorecer al Gobierno la vuelta de la ex presidenta?
. ¿Hasta dónde se aceptarán las correcciones económicas sin conflictos sociales?
Los interrogantes se los transmitieron al ministro de Hacienda, en reuniones reservadas que los banqueros mantuvieron esta semana en Manhattan. Así, Wall Street dejó en evidencia la propia contradicción de Cambiemos al alentar la candidatura de Cristina. En Manhattan insisten en que de ese modo la principal arma electoral de la Casa Rosada se convierte en una pesada carga contra la economía. Jaime Durán Barba y Marcos Peña propician la confrontación con Cristina para ganar las elecciones. Repiten la estrategia del 2015/17 y no se arriesgan a una propuesta superadora después de cuatro años de Gobierno.
Así lo reconoce Durán Barba: “La mejor Cristina, para nosotros, es la que deambula por tribunales, pero también mantiene las chances electorales”. En Wall Street sostienen que esta estrategia política se convierte en un bumerán económico: nadie va a arriesgar plata en serio en la Argentina, mientras Cristina tenga alguna posibilidad de ganar. Ahora las encuestas están parejas.
Ese fue el mensaje que transmitió Manhattan al Gobierno: van a esperar a febrero-marzo para conocer cómo están los números y recién decidir que hacen con el dinero.
Nicolás Dujovne y Guido Sandleris expusieron juntos el miércoles en el Hotel Four Seasons de New York. El Citicorp convocó a los principales inversores de Wall Street, al lujoso hotel de la calle 57. En el almuerzo la sorpresa fue mayúscula: hubo total aval a lo pactado con el FMI y pocos interrogantes sobre el plan “Doble Cero”. Pero -en cambio- surgió toda la incertidumbre política. En Manhattan advierten los peligros de la estrategia oficial.
Clarín reconstruyó lo que se trató en el encuentro. Primero, Dujovne habló de economía y dijo: “El plan es consistente”. Y agregó: “La contracción fiscal es del 3 %. El cumplimiento es holgado y la política monetaria simple y ortodoxa”.
Sandleris abordó una cuestión urticante: “Ahora no hay más internas en el equipo económico”. Se refería a las peleas de Federico Sturzenegger con Alfonso Prat- Gay y a las recientes de Luis Caputo con Dujovne. La difusión de los documentos del Fondo dejó claro una cuestión: que la salida de Caputo fue pedida por el FMI, y que poco tuvo de la “novela rosa” que intentó instalar el Gobierno. También, que Washington cuestionó la política de comunicación del Gobierno.
El FMI le pegó un palazo a la forma cómo expusieron a Macri. Además, quedó claro que el envío de exuberantes fondos fue fruto de la decisión política de Donald Trump. La posición de Washington torció las dudas del staff del FMI y de varios directores europeos.
El informe crítico de Alejandro Werner y Roberto Cardarelli reflejó una visión distinta a la de Christine Lagarde. Ambos economistas lo hicieron para cubrirse de eventuales incumplimientos: en definitiva, son burócratas que quieren proteger sus altos honorarios, los viáticos y jubilaciones.
Después, Dujovne se dedicó a responder preguntas políticas, en el encuentro del Citicorp. La primera, a quemarropa : “¿Quién garantiza esto, va a ganar Macri?». Dujovne respondió: “Cristina aumentó tres puntos en las encuestas. Pero tiene una imagen negativa del 65 %. Vencemos en segunda vuelta”.
El temor de Wall Street también existe en el movimiento empresario argentino. En la Unión Industrial hay preocupación por la caída de la actividad. En ciertos espacios del “círculo rojo” sigue especulándose con una supuesta candidatura de Maria Eugenia Vidal, en caso de que Macri no revierta la caída. Esta cuestión -y no otra- fue la que causó el fuerte cruce de la semana pasada entre Marcos Peña y la gobernadora.
Macri y Vidal hicieron gestos de distensión. Fue por eso que Vidal habló que no iba a ser candidata.
Los hombres de negocios locales están sacudidos por la denuncias de corrupción. Clarín confirmó que Estados Unidos les suspendió la visa a todos los empresarios procesados en la causa de los cuadernos. En la última semana recibieron una comunicación formal del Departamento de Estado, vía la Embajada en Buenos Aires. La noticia cayó como una bomba: la mayoría tiene negocios en EE.UU.
Pero la cuestión no terminó. La SEC inició sumarios a varias compañías argentinas que cotizan en Wall Street. Una situación que puede obligar a cambios: tiembla la conducción de varias firmas investigadas.